1. TRASPLANTE RENAL. DEFINICIÓN.

El trasplante renal es una cirugía por la que se implanta un riñón sano a un paciente en insuficiencia renal crónica terminal (IRCT), independientemente de la causa de esta (diabetes mellitus, hipertensión arterial, glomerulonefritis, enfermedades hereditarias…). Dicho procedimiento constituye el mejor tratamiento de la insuficiencia renal crónica en cuanto a supervivencia, calidad de vida y complicaciones. Es evidente que los trasplantes alargan la vida, pero sobre todo añaden vida a los años.

A pesar de la situación privilegiada de España en cuanto a actividad de donación y trasplante y del incremento progresivo de trasplante renal en los últimos 30 años, sigue existiendo un desequilibrio entre el número de pacientes en lista de espera y los órganos disponibles para trasplante. La Enfermedad Renal Crónica (ERC) ha aumentado en España un 30% en la última década Este fenómeno parece ser consecuencia en gran medida del envejecimiento progresivo de la población y del crecimiento constante de enfermedades que conllevan mayor riesgo de padecerla, como la diabetes mellitus. El número de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) ha superado por primera vez las 1.300 personas por millón de población.

Además, en dos décadas, un tercio de la población tendrá 65 años o más (principal segmento de población con ERC), por lo que en 20 años se habrá duplicado el número de personas de esta edad en TRS.

Por ello, la prevención y el diagnóstico precoz deben ser los principales objetivos. "Del mismo modo y una vez diagnosticada la ERC, siempre que sea posible se debe ofrecer la opción del trasplante. No sólo por la mejora en la calidad de vida del paciente, sino también por el ahorro que esto supone para el sistema sanitario. A ello se suma que el trasplante ayuda a reducir el impacto de la hemodiálisis en el medio ambiente".

                    Trasplante renal FID

2. ASPECTOS HISTÓRICOS.

Las primeras referencias escritas de la práctica de un trasplante a nivel experimental son de la primera década del siglo XX, en las escuelas centroeuropeas. Modelos sobre animales, fundamentalmente en perros, evidenciaron que técnicamente era posible la realización de un trasplante renal.

El primer trasplante renal en humanos documentado fue realizado en 1936, en Ucrania, por Yu Voronoy. Extrajo un riñón a las 6 horas de la muerte de un varón de 66 años y lo trasplantó a una mujer de 26 años que padecía un fallo renal agudo motivado por un intento autolítico con mercurio. El receptor falleció a los pocos días de la cirugía. Mejoras en el conocimiento inmunológico permitieron mejorar la compatibilidad entre donante y receptor, el desarrollo de fármacos inmunosupresores y la posibilidad de mantener la función renal de forma artificial llevaron al primer trasplante renal con buena función y supervivencia. Fue en 1955, realizado entre gemelos idénticos por Murray en Boston, lo que le valió el premio Nobel de Medicina en 1990 .

En España, los primeros trasplantes renales datan de 1965 con escasos meses de diferencia, en Barcelona por Gil-Vernet (Hospital Clínico) y en Madrid por Alférez (Fundación Jiménez Díaz). Desde estos comienzos y tras más de 40 años de la ley de trasplante en España (Ley Orgánica 30/1979, Real Decreto 426/1980), Real Decreto 1723/2012, de 28 de diciembre y Orden SSI/2396/2014, de 17 de diciembre a fecha de Diciembre de 2023, según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) se han realizado 80.172 trasplantes renales en España desde 1989.

3. TIPOS DE TRASPLANTE RENAL.

Podemos clasificar al trasplante renal en función del tipo de donante (vivo o fallecido):

  • Trasplante renal de donante vivo.

En el trasplante de riñón de donante vivo, el donante suele ser un familiar del paciente que desea donar un riñón. Este tipo de trasplante presenta numerosas ventajas, ya que se realiza con une preparación previa tanto del donante como el receptor. Además, se programa la cirugía de forma electiva minimizando los riesgos. Por otro lado, el procedimiento de trasplante de riñón se puede llevar a cabo en pacientes en pre-diálisis, consiguiendo mejores resultados.

  • El trasplante renal de donante fallecido.

Como su nombre indica, en el trasplante de riñón de donante fallecido, el donante se encuentra sin vida. Existen diferentes tipos de donante fallecido: el de muerte encefálica y el de muerte por parada cardíaca. En este caso, se trata de una cirugía o procedimiento no programado. Generalmente, los pacientes en lista para trasplante renal deben realizar diálisis. La duración del tratamiento sustitutivo dependerá de las características del paciente: el grupo sanguíneo y la edad. El paciente deberá esperar para el trasplante a que llegue el riñón más adecuado en una lista de espera.

4. PROCEDIMIENTO.

  • En un trasplante de donante vivo

La cirugía será programada. En este caso, el paciente ingresará el día antes de la misma.

Tanto el donante como el receptor irán a quirófano de forma simultánea y se realizará la intervención en quirófanos contiguos.

  • En un trasplante de donante fallecido

Tras la obtención de un potencial órgano, se cotejará con los pacientes en la lista de espera y se seleccionará al paciente más adecuado en función de la misma.  El nefrólogo de guardia llamará al paciente candidato que deberá acudir al hospital en el menor tiempo posible para poder realizar la prueba de compatibilidad (crosmatch) y proceder posteriormente a la intervención.

5. TÉCNICA QUIRÚRGICA.

Durante el procedimiento del trasplante renal, el cirujano coloca el nuevo riñón en la parte inferior del abdomen (generalmente en el lado derecho), a través de una incisión en forma de palo de golf. Posteriormente, conecta la arteria y la vena del riñón a los vasos ilíacos (vasos que llevan y recogen la sangre de las piernas) del receptor. A continuación, se realiza la conexión del uréter (conducto que lleva la orina) a la vejiga urinaria.

¿Riñón trasplantado que no funciona?

Frecuentemente el riñón produce orina de manera inmediata, pero en ocasiones puede necesitar de algunas semanas para empezar a funcionar. Esto puede hacer parecer que se trata de un riñón trasplantado que no funciona, pero no tiene por qué ser así. Se deberá esperar algunas semanas e, incluso, puede que se necesiten de algunas sesiones de diálisis.